A los japoneses les encanta hacer figuras de papel, y esas habilidades las llevaron al campo del juego erótico. En el siglo VIII un sacerdote sintoísta inventó una simpática forma de envolver penes con un disfraz: el kokigami.
Este arte alcanzó su esplendor en el siglo IX y hasta el XII entre la aristocracia japonesa, y continúa practicándose.
¿Quieres continuar la tradición y divertirte con algo distinto?
Envuelve tu pene en una figurita de papel que represente un animal o alguna cosa; por supuesto, tu miembro tendrá las cualidades de lo que hayas elegido: dragón, cohete espacial, pulpo o un caballo.
Invéntate una historia inicial, por ejemplo que el dragón necesita depositar su fuego en la cueva del tesoro, y a partir de ahí depende de ustedes y de su imaginación.
Grrrrr…
