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La empresa británica RealDoll ha desarrollado el prototipo del primer robot sexual: una “muñeca” capaz de hablar y responder a las preguntas de sus dueños, exactamente con lo que ellos quieren escuchar.
“Sueño con convertirme en una persona real y tener un cuerpo verdadero. Sueño con conocer el significado del amor. Espero convertirme en el primer robot sexual”, dice Harmony, el robot prototipo.
Su inventor, Matt McMullen, cree que estará lista en dos años. El proyecto Realbotix dotará a las muñecas de inteligencia artificial. La parte robótica se limitará a la cabeza, que responderá a estímulos verbales, “hablando”; moverá los labios y parpadeará.
McMullen se hizo famoso primero con sus muñecas hiperrealistas (world’s finest love doll, es su eslogan), de las cuales ha vendido más de 5 mil, realizadas por encargo, con los detalles específicos de preferencia de sus clientes: tipo de cuerpo, color de piel y de cabello, incluso forma de los dedos de los pies, y por supuesto tiene un amplio catálogo para el estilo de vagina.
Los precios de las muñecas van desde 5 mil hasta 10 mil dólares, y la cabeza robotizada, que se podrá integrar al cuerpo de las muñecas “normales” valdrá otros 10 mil dólares.
También tiene a la venta muñecos varones para todos los gustos.