Aunque a la hora de seducir y ser seducidos usamos más el sentido de la vista que el del olfato, la nariz es protagónica también en el comportamiento sexual. Si las feromonas, esas moléculas transportadas por el aire (se llaman así por las palabras griegas pherein, “trasladar” y hormon “excitar”), influyen en la elección de la pareja en otras especies animales, es casi seguro que también tengan influencia en la atracción entre las personas.
Cada uno de nosotros emanamos nuestro propio olor, y ya sea natural o perfumado, una huella olfativa forma parte de nuestro personaje sexual. Tristram Wyatt, zoólogo británico de la Universidad de Oxford y autor de Pheromones and Animal Behaviour, explica que “el olor humano más buscado es aquel que libera feromonas y vuelve irresistible al que lo lleva”. El que logre embotellarlo, por supuesto, se hará millonario. Pero aunque ya existen varias empresas que venden estos aditivos para perfumes (y puestos en la calle con estos dudosos extractos), según el especialista y muchas otras investigaciones, “todavía no existen pruebas concluyentes de que un olor pueda garantizar –o aumentar– el éxito”.
Sabemos que los perfumes sí pueden provocar y aumentar el deseo sexual. A lo largo de la historia se ha sabido de fragancias que despiertan emociones y hasta quitan el sueño. Algunos aromas nos traen incluso recuerdos de nuestro despertar sexual. ¿Qué olores te recuerdan a cuando tenías 16, 17 años, tal vez el momento más “caliente” de tu vida?
Ciertos aromas tienen buena fama. En el Kama Sutra, por ejemplo, se recomienda azafrán, almizcle y sándalo como “sustancias cuyo aroma se funde con el de la mujer y estimula la excitación sexual”. Incluso la Biblia habla de las fragancias y el deseo en Proverbios 7, 17-18: “He rociado mi alcoba con mirra, óleo y cinamomo (canela). Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana, solacémonos con amores”.
Ahora bien, si las feromonas humanas están en algún lado aún sin descubrir, resaltarlas o acompañarlas con la fragancia ideal podría hacer que dejes un recuerdo poderoso y aumentar tu atracción. “La receta es más bien sencilla –dice Kim Katrall en Inteligencia Sexual: “Elige un perfume o una colonia que sea de tu agrado, asegúrate de que combine con el olor de tu piel, y no utilices tanto como para encubrir lo que tú ya tienes”.
Curiosamente, un esteroide descubierto en el olor almizcleño de los hombres también se encuentra en las trufas negras, esos hongos exquisitos y caros. Jean Anthelme Brillat-Savarin, gastrónomo francés del siglo XIX, escribió que el aroma y el sabor delicado de las trufas podría “volver a las mujeres más cariñosas y a los hombres más atentos”. Te prometemos alguna exquisita receta con ellas próximamente.
Ve la plática TED de Tristram Wyatt sobre el tema: “El misterio oloroso de la feromona humana”.