El cunnilingus debería ser la lengua materna de cualquier hombre, si se trata de complacer a las mujeres.
Hay suculentas partes en el manual best seller de uno de los más reconocidos terapeutas sexuales de Estados Unidos, Ian Kerner, un master que incluye clases de ritmo, intensidad y detalles para ser más dios de la lengua que el mismísimo Cervantes.
¡A instruirse!
Aquí un extracto del libro de Kerner:
«Un buen cunnilingüista debe mostrarse comprometido, seguro y confiado. Si ella percibe la menor ambivalencia, impaciencia o falta de sinceridad, nuestros esfuerzos serán en vano. Sólo la confianza permitirá que la mujer se adentre en esa zona de su ser más profunda e instintiva, en ese lugar donde puede renunciar a toda inhibición y rendirse a la dulzura, la humedad y la calidez de la lengua.
Para ello deben darse las tres garantías del Manifiesto Cunnilingüista:
• Estimular su vulva te excita; lo disfrutas tanto como ella.
• No hay prisa; ella dispone de todo el tiempo del mundo y tú deseas saborear cada momento.
• Su aroma es erótico y su sabor intenso: todo emana de una misma y hermosa esencia.
Comunica estas tres garantías tanto física como verbalmente; repítelas una y otra vez de todas las maneras posibles, diciéndolas y mostrándolas: incorporándolas. Muéstrate seguro y comprensivo. Si ella tiene temores, habla de ello con naturalidad. Vence la ansiedad. Ayúdala a superarlo.
Pórtate como un hombre de verdad.
Da un pequeño lametón a la salud del hombre y un lametón gigante a la salud de la mujer.
¡Cunnilingüistas del mundo, uníos! Es la hora de la revolución. ¡Viva la vulva!»
Foto: Fruit. ( Eden Series ) by NVM Illustration on Flickr.
