Existe en todos nosotros el anhelo de reconciliar dos necesidades primarias: por un lado la seguridad y la pertenencia, y por otro el deseo y la pasión. Todos estamos en la busca de una persona que nos dé amor estable e intensidad sexual, por el resto de nuestras vidas.
¿Se puede? ¿Es posible seguir deseando lo que ya se tiene?
La respuesta es no: en el largo plazo el deseo es opuesto al amor.
Antes el amor estaba fuera de la ecuación. Esta es la primera vez en la historia de la humanidad que queremos experimentar el amor duradero y el sexo ardiente con la misma persona, y vivir felices por siempre. La realidad nos dice cada cinco minutos que eso es incompatible, pero insistimos, negando todas las evidencias.
¿Cómo se vive el deseo y cómo se vive el amor?, ¿es posible mantener una vida erótica placentera con nuestra pareja por décadas?
Esther Perel, una psicóloga belga especialista en sexualidad, autora del libro Inteligencia erótica, asegura que el romanticismo en la pareja genera una crisis del deseo. De un lado está la seguridad, el sentido de pertenencia, protección y cuidado, y en el otro la necesidad de aventura, de novedad, de misterio, sorpresa y pasión.
Vivimos en continuos opuestos entre deseo y seguridad, porque en el deseo no hay cuidado sino arrebato, así como una buena dosis de egoísmo.
En el amor queremos tener, queremos cercanía, pero en el deseo no queremos volver a los lugares que ya hemos visitado, sino el riesgo de aventurarnos a nuevos lugares o personas.
No es tan malo como suena, dice la experta. Una vez estando conscientes de esto, hay formas de seguir encontrando nuevos aspectos en la relación con la persona amada.
Para obtener sus conclusiones, Perel viajó por el mundo preguntando a miles de parejas tres aspectos clave:
• ¿Cuándo encuentras más atractiva a tu pareja?
• Se me apaga el deseo cuando…
• Me excito cuando…
El sexo es un lenguaje, no sólo un comportamiento, y el deseo es una forma de estar vivos, de conectar con nuestra energía vital.
¿Las respuestas? Mantener cierta distancia con la pareja, verlo en su entorno, conectar con aspectos de su ámbito individual; en fin, tener la capacidad para cambiar la percepción y abrirse al misterio que guarda la persona con la que vivimos, para verlo con nuevos ojos y mantener encendida la llama del deseo.
No te pierdas la plática de Perel en Ted talks, su visión sobre el deseo, el amor y el sexo, es verdaderamente iluminadora.